sábado, 10 de diciembre de 2016

Guerra de Malvinas: se acordó en el CICR el procedimiento para la individualización de los "soldados argentinos sólo conocidos por Dios" que yacen en el cementerio de Darwin


Los días 8 y 9 de diciembre se reunieron en Ginebra, en el marco de lo acordado por la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte el 29 de noviembre pasado, delegaciones de ambos gobiernos, para discutir los términos del mandato conjunto a otorgar al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a fin de efectuar la identificación de los soldados argentinos no identificados sepultados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas. 
Se trata de una iniciativa argentina destinada a identificar a estos héroes que lucharon por la Patria y traer tranquilidad a sus familias. El objeto de la iniciativa es netamente humanitario y busca saldar una deuda histórica para con los familiares de combatientes caídos en el Conflicto del Atlántico Sur que yacen en el Cementerio de Darwin bajo la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios” y que, gracias a esta iniciativa, podrán tener identificados con nombre y apellido su lugar de descanso en dicho cementerio.
De acuerdo con el mandato, en principio acordado entre Argentina y el Reino Unido, bajo la fórmula de salvaguardia de soberanía, la Cruz Roja constituirá un grupo de forenses que contará con la participación de dos expertos argentinos, a efectos de recoger muestras de ADN de los soldados no identificados, que luego serán comparadas con las muestras recabadas de las familias que voluntariamente hayan prestado su consentimiento para la identificación. 
De prestar conformidad ambos gobiernos a los instrumentos negociados en Ginebra, esta iniciativa humanitaria podría tener lugar en el transcurso de 2017.

Cancillería Argentina. Información para la prensa Nº 439/16 09 de diciembre de 2016


En este tema tengo una opinión formada con respecto a la manera en que se trata tan delicada cuestión y a las expectativas creadas sobre las verdaderas probabilidades de identificación de los restos de las 123 tumbas del cementerio argentino de Darwin, donde se encuentran nuestros caídos identificados con una losa que reza “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.
Esto comenzó con una carga política partidaria indigna que utilizó de manera espuria y engañosa a algunos veteranos y familiares de caídos hace más de siete años. Actualmente hay una gran cantidad de familiares que se resisten a que se remuevan los restos del camposanto argentino, muchos de ellos saben cuándo, dónde y de que forma murieron combatiendo sus familiares, no necesitan un ADN que certifique su estancia en las islas; vivieron, combatieron y murieron allí, honrando a la Nación argentina.
Pero obviamente hay que entender a aquellos que desean que la losa sin identificación pueda transformarse en una tumba con nombre y apellido, ojalá que para ellos esta resolución acordada por los gobiernos argentino y británico bajo la égida del Comité Internacional de la Cruz Roja de resultados, lamentablemente muy pocos hablan en potencial, casi afirman tajantemente que se “identificarán” los cuerpos allí sepultados, algo muy difícil de afirmar cuando muchos de ellos cayeron bajo las bombas y la metralla en medio de violentos combates.
La tarea de identificación es ardua, compleja, y con resultados inciertos, personalmente no creo que se pueda identificar a la totalidad de las tumbas, y nuevamente la incertidumbre que padecieron los que tenían un familiar combatiendo en las islas en 1982, 35 años después, volverá en forma de desilusión.
También espero, como muchos, que no sea una maniobra británica que de pie al levantamiento de la totalidad del cementerio de Darwin, algo que desean desde siempre los kelpers y que la mayoría descartamos de plano. Esas 237 tumbas son los centinelas irredentos de nuestra soberanía trunca en las islas, la sangre y el sacrificio de correntinos, bonaerenses, misioneros, cordobeses, chubutenses, entrerrianos y del resto de las provincias custodian la turba malvinense, la turba de Darwin.

Hernán Favier