jueves, 2 de febrero de 2006

Breve historia de las islas Malvinas y la génesis del conflicto armado




















¿Quién descubrió las islas Malvinas?

Con respecto a quién descubrió las Malvinas, persiste la discusión, alimentada entre otras cosas por las dificultades que había hace cinco siglos para señalar adecuadamente la posición de un punto determinado. Los métodos rudimentarios de posicionamiento y cálculo de la longitud fueron mejorándose con el tiempo, pero a los historiadores actuales les queda el problema de la conversión de las medidas usadas en esa época y en cada país, pues no era lo mismo una legua española que una veneciana o inglesa. Volviendo a la cuestión del descubrimiento, se sugiere una decena de nombres que arrancan con Américo Vespucio en 1502 (algunos estudiosos sostienen que lo que él pudo haber avistado era un témpano tubular), el francés Binot Palmier de Goneville en 1503/04 y luego se suceden cinco españoles entre 1520 y 1540, dos ingleses (Davis en 1592 y el pirata Hawkins en 1594) y por último el holandés Sebald de Weert, sobre el cual hay consenso en que efectivamente llegó a las islas. De los nueve anteriores, los que tienen más altas posibilidades de haber descubierto las islas son la expedición de Magallanes en 1520 , (de la cual Esteban Gómez era desertor y para salvar su posición en España habría hecho suyos los méritos) y la del obispo de Plasencia, que señala la ubicación de las islas con bastante precisión y da una descripción muy exacta de las mismas (entre otras cosas señala una especie vegetal coincidente con el pasto "tussock", de uno o dos metros de alto, típico de Malvinas, e incluso encalla en un lugar al que llama "Puerto de las Zorras" por la abundancia de un animal que no sería otro que el "warrah", el lobo-zorro malvinense del cual Darwin escribió "antes de que se vuelva amarilla la hoja en la que escribo, se extinguirá esta especie". Aún hoy se conserva en la toponimia de las islas el nombre Bahía de las Zorras, que la población implantada luego de la usurpación llama "Fox Bay".
Fuente utilizada: contraalmirante Laurio H. Destefani, "Malvinas, Georgias y Sandwich del sur ante el conflicto con Gran Bretaña", Buenos Aires, 1982.

Intrusiones de otras potencias y tratados

Sólo un siglo y medio más tarde el inglés John Strong navegó el Estrecho de San Carlos, al que denominó Falkland Sound, en honor al Primer Lord del Almirantazgo. Luego, en 1763, se produce un intento francés de colonizar furtivamente las islas, con la expedición de Luis de Bougainville que zarpa de Saint Maló. De ahí el nombre de Malouines. Los ingleses realizan una intrusión en 1765, cuando el comodoro Byron se estableció en Puerto Egmont y pretendió tomar posesión del archipiélago. España reclamó a Francia, que reconoció los derechos ibéricos y se retiró de las islas. Los ingleses permanecieron clandestinamente hasta que fueron descubiertos y expulsados por una fuerza naval española en 1770. Para Inglaterra el caso se había transformado en una cuestión de honor y se exigió la restitución de Egmont. Como España no estaba en condiciones de enfrentar a Inglaterra, Carlos III negocia devolver Puerto Egmont a cambio de una "promesa secreta" según la cual, estando a salvo su honor, Inglaterra abandonaría las Malvinas, lo cual concreta en 1774. Dice el Tratado: "El Príncipe de Masserano declara al mismo tiempo, en nombre del Rey su señor, que el compromiso de la citada Majestad Católica de restituir a su Majestad Británica la posesión del puerto y el fuerte denominado Egmont, no puede ni debe afectar de manera alguna la cuestión del derecho previo de soberanía sobre las islas Malvinas".Y, por si fuera poco, en 1790 se firma el Tratado de Nootka Sound entre España e Inglaterra a raíz de la detención por parte de la primera potencia de dos buques ingleses en Vancouver, Canadá. Inglaterra se compromete, por los artículos 6° y 7° a no formar establecimientos en los mares de América Meridional, en las costas orientales y occidentales y de las islas adyacentes ya ocupadas, reconociendo la soberanía española sobre Carmen de Patagones, San José, Deseado y Puerto Soledad de Malvinas. España ya ocupaba sola el archipiélago desde hacía dieciséis años.

Derechos argentinos.

Argentina heredó los derechos españoles de acuerdo al principio "uti possidetis juris", según el cual a las emancipadas Provincias Unidas del Sud les corresponderían los mismos límites que al extinto Virreinato del Río de la Plata.

Dudas y reconocimientos ingleses

En realidad, no hay mayor discusión con respecto a quién era el dueño de las islas antes de 1833. Hasta el célebre duque de Wellington, a la sazón primer ministro, escribió un año después: "he revisado todos los papeles relativos a las Falklands. De ninguna manera encuentro claro que alguna vez hayamos sido titulares de la soberanía de dichas islas". Numerosos estudiosos y juristas británicos coincidieron luego con él: en 1910 el titular del Departamento América del Foreign Office, Sidney Spicer, escribió "...la actitud del gobierno argentino no es enteramente injustificada y nuestra acción ha sido algo despótica"; un año después el secretario asistente del Foreign Office, R. Campbell, se preguntaba "quién tenía el mejor derecho al tiempo que nosotros anexamos las islas. Yo pienso que el gobierno de Buenos Aires [...] Nosotros no podemos hacer fácilmente un buen reclamo y astutamente hemos hecho todo lo posible para evitar discutir el tema en la Argentina"; en 1928 el embajador británico en Buenos Aires, sir Malcolm A. Robertson señaló en una carta privada que "las reclamaciones argentinas a las islas Falkland en ninguna forma son sin fundamentos", e insistía en otro documento que "el caso inglés no es lo suficientemente fuerte como para afrontar una controversia pública"; en 1930 se pudo leer en la página 390 de la obra The canons of international law: "Los británicos ratearon las Falkland en 1833"; en 1936 el consejero legal de la cancillería inglesa, George Fitzmaurice, señaló: "Nuestro caso posee cierta fragilidad" y aconsejaba lo que finalmente se hizo: "Sentarse fuerte sobre las islas, evitando discutir, en una política para dejar caer el caso"; en el mismo año John Troutbeck, alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico escribió: "...nuestra toma de posesión de las islas Malvinas en 1833 fue tan arbitraria [...] que no es por tanto fácil de explicar nuestra posición sin mostrarnos a nosotros mismos como bandidos internacionales". Estos son sólo algunos testimonios. Existen muchos documentos lapidarios más, pero fueron retirados del Archivo Público Oficial (P.R.O.) en abril de 1982, al tiempo que Thatcher declaraba: "siempre hemos sido asesorados sobre que los derechos británicos son firmes como una roca". Los documentos en cuestión deberían ser desclasificados en el año 2015.